CALMAR EL TRÁFICO. NO HAY EXCUSAS

por Alfonso Sanz

Desde finales de 2021 el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana facilita la descarga gratuita del libro Calmar el tráfico. Pasos para una nueva cultura de la movilidad urbana

portada calmar trafico

En los veinticinco años desde la redacción de su primera versión han cambiado más cosas de las que a veces reconocemos, pero también menos de las que necesitamos.

La transformación de la movilidad urbana bajo el principio del calmado del tráfico, es decir de la reducción del número y la velocidad de los vehículos, es un proceso que parte de un nuevo marco teórico o de ideas sobre la ciudad, exige una nueva percepción social de los problemas urbanos, estimula la adaptación normativa y finaliza en una aplicación práctica en las calles y el espacio público.

Un proceso semejante, pero en sentido inverso, se produjo a lo largo del siglo XX para facilitar la masificación del uso del automóvil en la ciudad; se generó una nueva concepción de la movilidad y el espacio público, se desarrollaron las normativas que abrieron la ciudad a los vehículos motorizados y se adaptaron las calles a su circulación y aparcamiento.

El marco teórico del calmado del tráfico descrito en el libro no ha cambiado tanto como las percepciones sociales que lo exigen. En efecto, en estos últimos quince años, algunos de los argumentos que refuerzan la necesidad del calmado del tráfico se han elevado jerárquicamente en la agenda política. Asuntos como la calidad del aire, el cambio climático, la accesibilidad o la seguridad vial, que hasta hace poco solo preocupaban en sectores científicos o minorías sociales, han irrumpido con fuerza en la opinión pública.

La calidad del aire ha pasado de ser una cantinela de los grupos ecologistas a una referencia fundamental de las políticas públicas. Y lo mismo ha ocurrido con el cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero, causada en buena parte por la movilidad urbana. También la introducción de la accesibilidad, que inicialmente parecía una reclamación minoritaria de las organizaciones de personas con discapacidad, se ha convertido en un vector fundamental del cambio en el espacio público para toda la ciudadanía. Por último, la seguridad vial ha dejado de ser una tragedia casi privada, aireada por las organizaciones de víctimas, para servir de argumento político de primer orden.

Ese cambio de escenario social y, derivadamente, político, ha servido de caldo de cultivo a una relevante evolución del marco regulatorio. Por ejemplificarlo con lo aprobado en el último año, cabe recordar la importancia para el calmado del tráfico de la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética, la nueva regulación de la accesibilidad en el espacio público (Orden TMA 851/2021) y la modificación del Reglamento General de Circulación (Real Decreto 970/2020), el cual ha dado un primer paso hacia Ciudades 30, con el establecimiento de la velocidad máxima de 30 km/h en las calles de un solo carril por sentido.

Todo el proceso de normalización del calmado del tráfico no sería completo sin la visibilidad que han adquirido algunas ciudades que han iniciado el cambio. Tener ejemplos de acciones ambiciosas en nuestro país ha restado argumentos a quienes afirmaban que determinadas medidas de reducción del tráfico motorizado eran ajenas a nuestras idiosincrasia y amor al automóvil.

Ya no quedan excusas para calmar el tráfico en nuestras ciudades.